JUSTIFICACIÓN

Este I Congreso Internacional sobre Masculinidades e Igualdad – CIMASCIGUAL,  pretende introducir un tema propio de los estudios de género pero poco abordado en el contexto español, tanto en las universidades como por parte de las instituciones públicas. En el ámbito estadounidense, el norte de Europa, Australia o en Latinoamérica, es una cuestión que cada vez está cobrando mayor importancia en el mundo académico y también en el activista.

 “El concepto analítico de Género, introducido a principios de los ochenta, pretendió superar ese enunciado esencialista y universalista según el cual en última instancia la “biología es destino”. […] La teoría de Género hace hincapié, además, en que las identidades de género se constituyen recíprocamente y que, por lo tanto, para comprender la experiencia de ser mujer en un contexto histórico concreto es imprescindible tener en cuenta los atributos de ser hombre” (Stolcke, 1996:341).

Los caminos hacia la igualdad real reclaman actual y necesariamente de la implicación de los varones, de la superación de un modelo de masculinidad tradicional obsoleta y la transición hacia otras formas posibles y más igualitarias de ser hombres en nuestra sociedad. Algunos de los últimos acontecimientos vividos tanto a nivel estatal como mundial, han puesto de manifiesto la necesidad urgente de la incorporación de los varones a la lucha por la igualdad. En el caso español estamos asistiendo a la visibilización cada vez mayor de un movimiento feminista potente y con gran capacidad organizativa y de movilización, como así lo han demostrado fenómenos como el 7N: Marcha estatal contra las violencias machistas en Madrid en 2016, o el 8 de marzo 2018 y la huelga planteada en tales términos que obligó a los hombres a posicionarse desde una previa reflexión de lo que las mujeres estaban tratando de significar.

Además, toda esta movilización y presión social a través del movimiento feminista, y de todo tipo de organizaciones e incluso de partidos políticos, ha favorecido la inclusión en la agenda política de demandas que directa o indirectamente apelan a la reflexión sobre la masculinidad: el permiso de paternidad (igual e intransferible) por apelación a la corresponsabilidad en los cuidados, o la cuestión de la denomina “Manada” de la violación múltiple de Pamplona en julio de 2016, que ha supuesto una crítica manifiesta que interpela directamente al privilegio masculino sobre los cuerpos de las mujeres a través de la denominada “cultura de la violación”.

Es precisamente en este momento de cuestionamiento manifiesto de la masculinidad cuando se hace más necesario y urgente, sin duda, apelar a instituciones que, por su ámbito de trabajo y su capacidad de influencia en la sociedad, pueden y deben tener un papel clave en la transformación del modelo de identidad masculina hacia otras formas posibles de ser hombre más acordes con los tiempos actuales, tiempos de lucha feminista, destacando también el perfil del alumnado, que usualmente son chicos jóvenes, donde hay que poner especialmente el foco de atención.

La universidad, desde su posición social determinada como institución de reconocido prestigio y respeto por parte de la ciudadanía, debe ser impulsora activa del estudio y el cambio entre los varones, fomentando la investigación y el conocimiento de las masculinidades desde una perspectiva científica interdisciplinar, así como facilitando los espacios de debate y visibilización de la crítica del modelo hegemónico-tradicional y de las formas alternativas y disidentes con la norma dominante de la masculinidad que empiezan a emerger desde hace pocos años. Además, debe implicarse activamente en la divulgación del conocimiento generado por la academia para que éste no quede en sus propios circuitos, sino que sea aprovechado por la sociedad en su conjunto.

 

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